De regreso de la plaza

Creo que algo que tengo bien claro, es que en mi vida lo PRIMERO que estoy buscando (mantener) es mi paz y tranquilidad ante todo, en todos los aspectos, en todos los sentidos.

Antes me agobiaban tanto las plazas y me engentaba horrible, pero mejor ahora me lo tomo con humor, aprovecha para escuchar más musica en lo que doy 700 vueltas para encontrar un lugar donde estacionarme, y mientras espero la larga fila para pagar me entretengo viendo a la gente y cómo se comporta.

Benditos estacionamientos automáticos......... QUE NUNCA FUNCIONAN. Bueno, sirve que me regreso a pagar el boleto en otra máquina que sí esté en servicio y hago ejercicio (que tanta falta me hace!) subiendo las escaleras.

Finalmente, ya estoy fuera y sigo escuchando el CD de Sanz.
" Huracán Olvido es el peor,lo tira todo a su paso,no deja na´en pie...". No me suena del todo mal, y más que una catástrofe, a veces es una bendición. Y que ahora que lo pienso, creo que fui víctima del Huracán Olvido que me despojó de todos mis pensamientos amargos y los destruyó por completo... Que la verdad, ni ganas de reconstruirlos jajajaja...

En el semáforo a mi derecha, un chavo de 17 años con lentes negros en una Hummer...
"En este mundo loco nuestro en el que todos queremos tener dos o tres caras, dos o tres coches, dos o tres casas".

Sigo en luz roja, y a mi izquierda se me acerca un viejito todo vendado que no sé si están por momificarlo de tanto trapo enredado que trae, y que me parece inaceptable que a su edad lo dejen salir sin alguien que lo cuide (y peor aún, lo manden a pedir dinero):
"Porque nuestra propia vida no nos basta...hay gente que no tiene na´... hay gente de la que no se acuerda nadie".

Noto que a esta hora de la comida, el tráfico se vuelve más denso y el humor de la gente también... Todos como histéricos tocando el claxon (asi que tengo que subir los vidrios y el volumen del estereo). Un coche se ha quedado a mitad de la avenida y todos se enfurecen y resongan. Pero por la acera, va a pie un trabajador de la fábrica de aceite que parece exhausto. Sin embargo, deja su herramienta en el pasto y sin decir una palabra, ayuda al desafortunado conductor a empujar su camioneta hacia el carril lateral... todos callan... El señor vuelve a tomar aún con más pesadez su herramienta y desaparece en la esquina.

A veces la carga diaria se vuelve más pesada... Nos dejamos arrastrar por el cansancio, la fatiga mental o física, la desilusión, la desmotivación o simplemente la cotidianeidad parece ser demasiado. Pero siempre hay que seguir... a ciegas, a tientas, como se pueda, pero seguir...
"Mira yo no soy un gatopero comparado contigo tengo 7 vidas".

Si todo lo pudiera comprar el dinero, como algunos creen... Los mercados y tiendas tendrían otro tipo de mercancía...
"¿Cuanto vale una vida?, dímelo... póngame cuarto y mitad de esperanza; echarme también cien gramitos de ilusión, pero no le pongas nada de guasa".

Antes de entrar al paso a desnivel, veo un anuncio de la próxima apertura del Auditorio Metropolitano, que si alguien la lleva esperando ansiosamente tal vez soy yo. Ya quiero ver ese lugar al full, que el corazón me retumbe más que de la emoción por el sonido de la música. Ver a grandes figuras apropiarse del público...
"Fíjate bien que la gente se está fijando, la gente te copiando, y es que lo copia todo corazón...fíjate bien que la gente se está riendo,la gente te està siguiendo, y es que te siguen todos corazón".

Ya estoy a dos cuadras de casa... Ahora que lo pienso, de verdad la vida puede tener un soundtrack, o música de fondo... y me refiero a TODO. Siempre hay una canción para cada momento y para cada cosa.

Mejor título no pudo haber escogido: "El Tren de los Momentos"...
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