De ida a la plaza

Definitivamente durante ese viaje a Europa abrí una puerta con acceso a toda la sensibilidad y recuerdos que yo pudiera albergar sin siquiera saber.

Estoy en un momento donde el presente, pasado y futuro están sucediendo al mismo tiempo y donde estoy tocando las fibras más sensibles de mi vida.

Hoy me di cuenta de que he escrito mensajes invisibles a lo largo de este planeta, que no se borran ni con la lluvia, ni las inundaciones, ni el desgaste, ni la modernidad... Mensajes tan ocultos para los demás, pero que gritan por sí solos cuando los paso de lado.

Si alguien quisiera conocerme actualmente, bastaría con que se diera una vuelta por Guadalajara. Saliendo de mi departamento en el bote de basura había una caja de cartón de DICA (marca de Urrea para la que hice algunas cosas en Vértice). Después en la ciudad están los espectaculares de Bansí (que también en Vértice participé para esa campaña). Y ver estas cosas es como voltear a ver los escalones que ya quedaron atrás en mi camino, pero que a la vez siguen estando tan presentes mediante la gente que ahí conocí y que ahora son grandes amigos.

Ahora vengo manejando y traigo el último disco de Sanz que a ratos pareciera el megáfono de un tour guiado: "Conozca la Guadalajara que dejó huella en Ana Lorena" (y en la que ella va dejando partes de sí misma... cual pistas secretas del tipo de Código da Vinci).

Mientras tanto, Sanz sigue cantando versos que pareciera los compuso pensando en este café que estoy pasando, donde conocí aquel hombre cautivador...
"Ya iba teniendo ganas mira de conocerte... y hoy ya no tengo fuerzas pa´ rescatar mi suerte"

Sí, alguien que me cautive, que me derrita con sólo mirarme, que sea interesante y que su sonrisa sea mi paz. Aunque por lo pronto...
"Tengo algún sueño roto, y tengo un plan pa´ tenerte"

No sé cómo, ni cuándo... y peor aún, NO SÉ QUIEN. A veces resuenan en mi cabeza las palabras que nunca pude decirlas, pero siempre las pensé...
"Yo no te pido nada de lo que yo no me pueda hacer cargo"

Pudo haber sido cobardía, o tal vez estaba tan paralizada por el miedo como venado encandilado... Hay terrenos en los que puedo ser tan vulnerable.

A veces ya no sé si buscar o si esto no se busca. En mi vida siempre me querido comer al mundo de una sóla mordida... Paciencia no la tengo, pero a fuerza de las circunstancias la he tenido que sacar de YO NO SÉ DONDE. En aquél restaurante que dejo atrás a toda velocidad, alguna vez me dijeron en medio de una carcajada:
"No lo dejes para después, tampoco lo vayas a hacer antes de tiempo".

Y ese cielo a punto de caerse por todas las nubes que tenía colgadas, se sintió afectado con mi agobio y todavía tuvo la tranquilidad de susurrarme al oído:
"Todas las cosas tienen su momento, búscalo".

Los árboles de este parquecito donde me besaste con toda la sinceridad de tu alma parecían ser testigos escandalosamente mudos:
"Es el punto donde convergen los sueños, donde converge lo nuestro, donde convergemos".

El tiempo pasa tan rápido en esta ciudad y de pronto, casi imperceptiblemente se termina una etapa de la vida en la que apenas me doy cuenta de que ya todos los demás parecían estar ya enfilados en la pista de arranque para emprender otros caminos. Y las despedidas es algo a lo que nunca me acostumbraré, pero que hoy parecen estar a la orden del día. Lo único que resta es desear lo mejor y compartir esa incertidumbre que a la vez provoca una ilusión que hace cosquillas. Sólo atino a decir:
"Vuela alto, elévate a los cielos y luego nos cuentas algo".

Ese es apenas el gran inicio de TANTO... Y a veces los inicios son tan simples, tan sencillos, en los que no hay cabida para las expectativas, pero que a la vez sí esperas casi secretamente y con un poquito de vergüenza que algo grande suceda:
"Como un pacto sin firmar, yo no espero más de ti y tu de mí no esperes más".

Momentos en los que esos fantasmas parecen hacerse reales, y que las cosas que venimos arrastrando de nuestro pasado nos delatan. Hay gente que deja huella en los demás, pero a veces esa marca afecta más de lo que ayuda, y pesa más de lo que uno quisiera:
"En la planta de tus pies, traes arena de otro mar...", me dijo... y no pude negarlo.

Y uno intenta sacar la fortaleza y la grandeza de donde sólo queda un desierto:
"Antes roto que doblarme, antes muero que dejarte..."

Si esta vida fuera menos superficial... La gente menos plástica y más auténtica...
Me basta la aceptación total...
"Y no espero que seas nadie, para mí no es importante... Yo no bailo con princesas, pero te haré reina del baile". Sobre todo la entrega, porque no soporto en nada que las cosas sean a medias... Tiene que haber una pasión de esa que se nota en la mirada, en el corazón, en el actuar.

Recuerdo como si fuera ayer que en esta avenida, bajo un sol que me dolía, pero no más que este corazón que se estaba destruyendo de las batallas y el deterioro, que ya no era capaz de luchar más y que la lucha ajena le conmovía, sólo lograba pensar:
"Estoy a punto de romperme, porque me gustas con coraje"...

Casi lo escuché decir:
"Mira que te lo advertí, te metes con quien no sabes... ya te habrás dado cuenta amor, yo no hago cosas normales".

Ya llegué al estacionamiento de la plaza, y antes de apagar el coche, Sanz alcanzó a decir una última cosa:
"Yo soy a ser franco, si tu no me lo das yo te lo arranco. Mamita, yo no soy manco"

Sin comentarios............ jajajajaja



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