RESEÑA CD: "CANCIONES DE HOTEL" - PLAYA LIMBO (2007)

“¡Ay Jalisco no te rajes!... y no se rajó.”

8.5

Playa Limbo
Canciones de Hotel
Sony BMG
2007

Desde la Perla de Occidente llega esta agrupación que reúne a un argentino, un español y una tapatía, que fusionan sus raíces y entornos personales y musicales en un solo proyecto, haciéndose acompañar de un baterista vivaracho (tapatío también). Tras hacer un demo en el 2005, comienzan al año siguiente con la grabación de su primer disco, fundando una nueva ola de pop de manufactura independiente en México. Aunque su distribución es a través de una disquera trasnacional, esa “independencia” les permite una mayor libertad creativa con la que logran 14 temas en los que abarcan toda una amplia gama tonal con matices pop, R&B, jazz, rock e incluso una rola marcadamente funketera (“Todo lo que fuimos”) y un cuasi bossa (“Stupida Canción”). Mucho los han comparado con Belanova, tal vez más por la configuración del grupo que por su sonido. Pero si a comparaciones vamos, podrían sonar más a un pop noventero tipo Presuntos Implicados, aunque sin llegar a parecerse del todo. Esta disparidad en las comparaciones se debe a la versatilidad vocal de María, que puede ir desde un canto sutil, hasta una voz enérgica y con bastante cuerpo, pero siempre con una naturalidad cautivadora que convence. Ahora se lanzan al mercado con el sencillo “El eco de tu voz”, materializando un pop creíble, que si bien no deja de ser tan cursi como un helado de choco chip en un verano soleado, refresca y alegra como tal.

ANA GALLETA

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Fragmento de Diablo Guardián

Yo no sé si usted llego a mi vida con la misión expresa de rescatarme de una guillotina inminente, pero es cierto que su llegada me salvó de escoger entre la muerte y la locura.
La locura; una cárcel distante cuyas puertas son tanto más nítidas cuanto menos uno se resigna a vivir en el horror. La locura no brota como una súbita infección en el cerebro. La locura es aquella enfermedad que sólo nos amenaza cuando ya sus uñas se han alojado en las entrañas, de modo que pelear contra ella es también despedazarnos el vientre, oprimirnos los pulmones, perder el miedo a la muerte como se pierden la inociencia y el amor.
El amor es un bien que no he perdido. Cuando entre las condiciones que se le ponen al amor no se halla la correspondencia de quien se ama, y en realidad tampoco puede hallarse ninguna otra porque se ha decidido amar incondicionalmente, el amor, que por su propia vehemencia vive más allá de posesiones tan irrelevantes como el bienestar y la cordura, solo puede perderse con al vida. No he muerto, luego la amo.
Amo a una mujer a la que no conozco, y tal vez a ellos se deba que no puedo cesar de contemplarla cada vez que la ausencia del mundo me brinda el anestésico de la soledad. Sé que es mujer existe, podría dibujar la fachada de la casa donde vive y pienso, porque así aún lo quiero, que ocupo algún lugar en su memoria: pero a mi la memora no me ha servido sino para frenar mis pasos, atar mis ojos al interior de los párpados y proyectar en ellos la película más obsesiva del mundo: Dalila.
Dalila es un nombre que no tiene cuerpo. Dalila es la palabra que a diario me visita pero jamás se queda a dormir. Dalila son seis letras formadas por cuchillos. Dalila es el principio de la música y el fin de la plegaria. Dalila es ese nombre que un dí escribí en los muros de la casa de Dios, desde entonces acaricio su textura, tal como otros recorren con manos, boca y ojos a sus mujeres. Dalila se pronuncia degollando la lengua, y luego acariciándola. Es el nombre que tuve que inventar para ocultar al otro; el innombrable, aquél que sepulté para ya no decirlo ni pensarlo ni escribirlo. Y si hoy abandono mi juramento y escribo ese nombre en el sobre donde habrán de viajar moribundas de miedo estas palabras, lo hago con el sólo propósito de que lleguen hasta usted, aunque con la secreta esperanza de que jamás lo logren. Quiero pedirle perdón por mi atrevimiento, por mi cobardía y por cada una de las debilidades que con seguridad me hacen indigno de habitar sus recuerdos. Pero antes de narrarle una historia que es más suya que mía, debo también pedir perdón por ella, por Dalila.
Dalila es usted.


Pg. 473-474

Fragmento de "Diablo Guardián"
AUTOR: Xavier Velasco
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PUBLICADO EL MIÉRCOLES 5 DE SEPTIEMBRE DE 2007 EN: www.warp.com.mx

Dolores O\'Riordan en Guadalajara, México.
En el Foro de la expo de Guadalajara el Martes 4 de Septiembre

Texto y foto: Ana Galleta


Tal parece que el tiempo le ha sentado bastante bien a la ex vocalista de la agrupación irlandesa The Cranberries. O al menos así lo dejó ver el pasado miércoles 4 de septiembre cuando pisó el escenario de la Expo Guadalajara, en la misma Perla Tapatía, e hizo que todos y cada uno de los 2,500 presentes cantaran sin parar a una sola voz.

En el escenario, se vio una Dolores llena de energía y talento, pues a pesar de estar brincando todo el tiempo, su voz nunca falló y por el contrario, hizo que los presentes volvieran a vivir aquellos tiempos cuando fue líder de una de las mejores bandas que Irlanda ha dado al mundo. Los años han pasado, y si en algo se notan, es en que Dolores se ha consolidado como la gran cantante y compositora que siempre ha sido y continúa siendo, por lo que no cabe ni la menor duda de que la seguiremos escuchando todavía por un buen rato.

Para abrir este show, eligió “Zombie”, una canción llena de denuncia social en la que empuñó su guitarra eléctrica acompañada de sus cuatro músicos (baterista, tecladista-guitarrista, bajista y otro guitarrista). Así empezó con esta presentación de aproximadamente hora y media, en la que fue cantando temas de su primera producción como solista ‘Are You Listening?’, al igual que los muy esperados clásicos de The Cranberries.

Todo el tiempo tuvo al público cautivo y fascinado con su actuación. En general fue una noche bastante emotiva, en la que ella misma se conmovió cuando cantó “Ode To My Family”. Asimismo, interpretó otros temas de su nuevo disco, en los que también se encuentran ciertas dedicatorias personales como: “Apple Of My Eye” (a su esposo), “Black Widow” (por la muerte de su suegra) y el primer sencillo “Ordinary Day” (al nacimiento de su último hijo).

Otras canciones que destacaron fueron “Linger”, “Salvation” y “Dreams”, tema con el que cerró ante un público que no dejó de ovacionarla, aún cuando el show había terminado y ya había comenzado el desmontaje.

Éxito rotundo de la irlandesa en Guadalajara, quien a través de los años, no deja de prender y sorprender.
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