EL BLOG DE -> @na.Galleta*

Normalmente para mí, sentarme a escribir frente a la computadora era casi un vicio... y más que eso, una necesidad. Pero ahora que lo quiero hacer como un hábito, veo que me cuesta más trabajo del que pudiera haber imaginado. Las palabras no fluyen... es como si encontrara sobre un escenario y no pudiera mover ni un músculo. Que me encantan los escenarios, pero más backstage... nunca me ha gustado llamar la atención o brillar bajo los reflectores...

Volviendo a mi problemática, lo cierto es que yo acostumbraba a mandar mails masivos a mis amigos contando todo lo que me sucedía y cómo me iba sintiendo, y me salían de hasta 3 o 4 páginas a espacio normal y todo de corrido...

¿Será acaso que estoy perdiendo el talento? O más bien, ¿alguna vez lo tuve?... De ser así, lo estoy buscando... así que por favor cuando alguien lo encuentre, hágamelo saber. La recompensa para quien lo halle será... más mails jejejeje... Tal vez un par de páginas de diario (por si te interesaba saber algo de mí), algunas reseñas sobre música (en donde como siempre, soy yo contra el mundo), o sólo un par de palabras rotas, de esas que escapan de mi mente y acaban cayendo en abismos de páginas vacías.

Aunque pensándolo mejor, lo que tal vez se haya fugado no fue el talento, sino la inspiración. Puede que se haya hartado de estar aquí todo el tiempo, sobre todo pasado este interesantísimo y más que INSPIRADOR viaje de mochilazo. Sí, creo que se dio unas vacaciones, pero me abandonó en medio de una etapa increíble de mi vida. Tal vez la emoción la aventó por las escaleras y la inspiración fue a rodar directo al fondo de mi corazón por un momento. Porque la emoción siempre quiere estar en primera fila y acaparar todos los sentidos, para contemplar solamente lo que sucede alrededor, y estar así sin pensar en otra cosa, simplemente disfrutando. Como cuando uno se sienta a la orilla del mar solo a escuchar las olas, no importa el calor que sofoca, ni la sal que irrita los ojos, ni la arena que roza la piel; los sentidos bloquean las distracciones y se abren sólo para dar entrada al vaivén del mar.

Y en estos momentos, sentada en la noche fresca, acompañada por una reconfortante taza de café, música jazz de fondo, y mis pensamientos sólo dispuestos hacia la escritura, invoco con todas mis fuerzas la concentración... poco a poco los dedos van torpes, tecleando palabras, y dejándose llevar... tal como un atardecer en el mar... sólo hay un vaivén de pensamientos que va hipnotizando, cada vez más, y que me va perdiendo frente a este monitor, y en los sonidos de la noche y de la música...

Dicen que la práctica hace al maestro... Veamos si es cierto...